El amor y su deseo

En la actualidad, en la sociedad conviven distintas clases sociales marcadas por el poder adquisitivo de cada una de ellas, además esta marca  de diferenciación proclama en numerosos casos el grado de libertad de las personas que la conforman. Asimismo, la capacidad de expresión variará dependiendo del lugar que se habite.

Por otro lado, este rasgo clasificatorio no es característico del presente, pues proviene de las antiguas comunidades que respetaban a quien más bienes poseía o mejores cualidades presentaba. De esta forma, las acciones tomadas por estas personas veneradas eran las que se establecerían posteriormente como ejemplos a seguir por el resto de miembros del grupo. Por ello,frecuentemente  son considerados algunos comportamientos naturales como execrables o incorrectos. 


Por estas razones históricas, hay actitudes como la homosexualidad que pueden llegar a estar castigadas en determinadas culturas. De hecho, según “elDiario.es” uno de cada tres países castiga penalmente las relaciones sexuales. Aunque, hay un castigo social que es ejecutado en países que aceptan la identidad sexual de sus habitantes el cual consiste en la discriminación de las personas homosexuales por su condición. No es extraño encontrar esto en países como España o Reino Unido. 


En conclusión, es posible comprar la libertad y huir con el amor allá donde las barreras del idioma rompan con las de las creencias, pero, se ha de tener en cuenta que no es aceptado el amor en todos los países. Por lo mismo, se deberá elegir en muchos casos entre el amor y la consiguiente condena, o la depresión viviendo en un país que no te aceptará. Es esta decisión la que provoca que en la actualidad la sexualidad no pueda ser expresada con libertad.


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